¡Hola!
¡Buenos días a todos!
En primer lugar,
quería daros la bienvenida a este espacio que también es el vuestro. Otro blog
más de bodas y eventos, pensaréis, ¡pues no! Los eventos nos encantan, sí, pero
ya son muchos los blogs que hablan de preciosos vestidos, de todas las
temáticas posibles, de los famosísimos DIY… Con esto no quiero decir que en
alguna entrada no me vaya por estos temas, pero siempre que sea una cuestión
relacionada con mis intenciones en este blog… Y ¿cuáles son esas intenciones? Hablaros
de protocolo o, como prefieren llamarlo algunos, ‘protocolo social’.
El protocolo comprende las
buenas maneras, la educación y el cómo comportarse en público. El protocolo social es más flexible de lo que piensan los puristas en
esta materia y se adapta perfectamente a cada momento y a cada circunstancia,
de ahí aquello de “donde fueras haz lo que vieras”. Aún así, cuando tienes una cita importante, una
cena o una boda te preguntas: ¿Cómo debo comportarme? ¿Dónde debo ponerme? ¿Cómo
debería usar los cubiertos? ¿Dónde me siento? ¿Cómo tengo que vestirme? ¿Tengo
que llevar algún detalle? O, incluso, ¿cuáles son las normas de cortesía en
cada instante? Ése es el momento en el que toca enfrentarse al protocolo y, a
todos aquellos que tengáis dudas, os ofrezco mi ayuda.
Quizás ya lo sepáis todo,
pero seguro que algún post os sorprenderá y pensaréis en aquella vez que...
Hoy, en mi primera
entrada, y como no podía ser de otra forma, os hablo de la importancia del
saludo, de decir una pequeña palabra mirando a los ojos: “HOLA” y si podéis
acompañarla de un “BUENOS DÍAS/TARDES/NOCHES” y una “SONRISA”, por pequeña que
sea, ya ni os cuento. No importa si conocemos a la otra persona o no: uno de
los mayores signos de educación es El Saludo.
Al entrar a un
edificio, despacho, habitación, comercio, en un ascensor, cruzarnos con algún compañero
de nuestra empresa (sea grande o pequeña, desde el personal de limpieza hasta
el director...). Vamos, siempre que hagamos nuestra aparición en algún sitio
donde ya hubiera alguien antes que nosotros (o al contrario, cuando alguien
aparezca en el lugar donde ya estábamos nosotros).
En estos casos el
saludo verbal suele ir acompañado de otro físico, ya sea un par de besos en las
mejillas o un apretón de manos. En algunos casos, y sólo cuando el nivel de
confianza es elevado, el saludo físico podrá ser un abrazo.
Cuando nos presenten
a una persona lo primero será el saludo verbal, después, si la ocasión así lo
requiere, el saludo físico y, por último, ese gran aliado en las presentaciones:
“Encantado” o “Un placer”.
Mención a parte serían
los saludos/presentaciones a grandes autoridades como la familia real, pues
aquí lo correcto sería un apretón de manos, una ligera inclinación de la cabeza
y, las mujeres, una leve reverencia. O a las autoridades eclesiásticas, a las
que se les besa el anillo.
Sobre quién debe
iniciar el saludo, según edad, sexo, relevancia social... Esto está más en
desuso, pero si tenéis curiosidad, no dudéis en preguntarme.
Pensaréis que me
olvido de otras culturas, pero no es así. Cada país o cultura tiene sus formas
de saludar. Si os interesa alguna en particular, hacédmelo saber y podemos
dedicarle un post al tema.
Ahora, hagamos
examen de conciencia. ¿Saludamos siempre? Os recuerdo que, cuando se hace
examen de conciencia no debemos mentirnos a nosotros mismos...
Pues bien, os animo
a ¡SALUDAR!
Y por supuesto, pero
no menos importante, si decimos “Hola, buenas días” al llegar... Es
recomendable decir “Hasta luego” cuando uno se va... ;o)
¡La semana que viene
más! Se aceptan sugerencias si tenéis dudas con algún tema en especial.
¡Hasta luego!
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